Acuarelas
Mi fuego en el centro. Amarillo y naranja. Energía Pitta. Fuego que quema, que transforma. Que me transforma. Delimitado por un círculo negro, lo único negro en toda la hoja. Así de importante, así de mío, así de central hoy en mí. Colores fríos, azules, verdes. Esa energía Yin, energía más sutil, energía más femenina. Menos centrada en los resultados, sino en los procesos, en lo que pasa cuando experimento. En dejarme sentir. Dejarme sentir amor, dejarme querer. Paleta cálida: amarillos, naranjas, rojos. El Yang, la energía masculina que siempre me rigió, super presente, pero no abarcando todo. Hoy no. Caminos disparando para todos lados, muchas alternativas. Caminos rectos más lejanos, otros más cercanos. Caminos ondulados. Caminos aislados. Me conecto con mi centro y la intuición me indica que sí, que es tiempo de seguir explorándome en el mundo. Lejos de mis afectos de toda la vida, lejos de mi familia, lejos de lo que siempre llamé hogar. Porque descubrí que hogar, soy yo. Entonces puedo estar en cualquier contexto y siempre voy a estar en casa. Suena romántico. Quizás demasiado para esos momentos de llanto desconsolado pensando qué estoy haciendo con mi vida, quién me manda. Momentos en donde extraño un abrazo conocido o una charla sin tener que explicar todo un contexto. Pero también hay algo de esa libertad de no tener un contexto que me acompañe, que me permite volar muy alto. Me permite animarme más. Me permite crear más. Me permite jugar más. Me permite ser mi yo más plena. Permite explorarme, porque a falta de amistades que datan de tiempos prehistóricos, cada situación social es energía, entonces las elijo más a conciencia. Y la falta de vorágine social me permite encontrarme conmigo muchas veces más. Tomar más mates conmigo. Y los momentos de conocer gente me abren la cabeza hacia temas que desconozco, maneras de interactuar que no conozco. Modelos familiares que no conozco. Sí, puedo abrir mis horizontes desde acá. Lo creo cierto. Pero también creo que desde allá es más fácil. Tengo menos comodidad. Y la comodidad a mí me mata. Mata el componente motivacional de la acción. La aventura probablemente me lastime. 100% me lastime. Pero la monotonía me va a matar lentamente.
Veo muchos escenarios a futuro. Me veo volviendo al Sur. Lo veo. Lo veo porque es un escenario que conozco. Pero también sé que hay infinitos de esos caminos que no conozco y son una posibilidad. Quiero abrir la baraja. Que haya diamantes, tréboles, picas y corazones. Desde acá sólo veo los palos color rojo.
Lo único constante es el movimiento. Allá vamos.
- Anónimo
Comments