Mi ser creativo

Me gustaría presentarme con mis 3 “te quiero” atragantados, esos que inspiraron incontables poemas e historias de desamor.

Al abrir las puertas de mi ser creativo, lo primero que vi fueron mis caídas, heridas y cicatrices. Ellas me bautizaron y abrieron las puertas al mundo de la escritura.

A veces tengo la ilusión de que existen 4 Juanas dentro mío: 2 racionales y 2 emocionales. No suelen llevarse muy bien entre ellas pero todas tienen algo en común: las palabras son su forma de expresión. Palabras desnudas, o pensadas a la perfección. Cartas que llegaron a destino o que quedaron escondidas en el cajón de mi mesita de luz.

Forma parte de mi un rincón de chapa que tiene de nombre y apellido mi amor propio. Ya que, sola sentada frente al mar, me animé a pintar afuera de las líneas por primera vez en 20 años.

Además de buscar refugio en algo tan tangible y concreto como las letras, encontré mi esencia pura y transparente hace 12 años cuando entré al Auditorio de San Isidro y me animé a bailar en el escenario.

De ahí en adelante, el movimiento se transformó en mi vía de escape. En fiestas, en clases, en casas, en un escenario, en mi cuarto. Sola, con mis amigas, con extraños. Algo predeterminado, algo improvisado. Hip hop, cumbia, tap, tecno.

Gané la lotería al descubrir este mundo lleno de posibilidades y escaso de limitaciones. Al escuchar música me permito a mi misma soltar, fluir, estar. Me permito ser, de una manera tan intensa que no puedo plasmar en otro lado.

No estaría presentando a mi ser creativo si dejara de lado la inspiración que encuentro en las personas que me rodean, ya que encuentro el impulso de crear, de fotografiar, de explorar. Además, las palabras y obras del de al lado me hacen volar. En canciones y en libros, me veo identificada más veces de las que me gustaría admitir.

Siendo sincera, creo que recién estoy conociendo a la Juana creativa. No quiero definirla hasta entenderla y dejarla crecer. Solo sé que a pesar de desconocer hacia dónde nos lleva este camino, no elegiría a otra persona para transitarlo que no fuera ella.

• Juana Christophersen